¿Comprendéis ahora el valor de mis palabras al aconsejaros que comencéis con todas vuestras fuerzas a desear el bien, a purificar vuestros pensamientos? No ceséis en vuestro empeño, sino aferráos a él con todo vuestro ardor, con todas vuestras energías. Ello os eleva a las alturas, os transforma, a vosotros y a vuestro ambiente.
- – Abd-ru-shin
Las penas, y también las alegrías, llaman constantemente a la puerta para animar al hombre, para sacudirle con miras a un despertar espiritual. En tales ocasiones, el hombre se siente liberado por unos segundos de toda futileza cotidiana y, en la ventura como en el dolor, siente, intuitivamente, la conexión con el espíritu que fluye a través de todo lo que vive.
Y en efecto, todo es vida, nada está muerto. Bienaventurado aquél que comprende y retiene esos instantes de contacto para levantar el vuelo hacia las alturas. No debe, pues, asirse a formas rígidas, sino desarrollarse por sí mismo, partiendo de lo que lleva en su interior.
- – Abd-ru-shin
En el conocimiento que doy en mi Mensaje acerca de la Creación y la inherente explicación de todas las leyes que obran autoactivamente en ella, – leyes que pueden ser denominadas también leyes naturales –, se muestra, sin lagunas, la actividad completa de la Creación, que permite al hombre reconocer claramente todos los procesos y, por ende, el sentido de la vida humana en conjunto, y explicar con irrevocable lógica su origen y su finalidad, dando así respuesta a toda pregunta, siempre y cuando el hombre la busque con seriedad.
- – Abd-ru-shin